En esta ocasión, no me da tanto gusto platicarles sobre mis múltiples viajes en el transporte público. Sucedió lo que era inevitable: ¡me asaltaron!.
De alguna forma debí haberlo predicho (lo siento Itzel) como mi madre lo hiso un día antes. Le conté que justo el día anterior ya se habían subido unos tipos pero conocían al conductor y este les dio como veinte pesos y se fueron felices; y entonces mi madre dijo: "te he dicho que dejes de escuchar esas &%/·"$, ahora pon atención cuando pases por ahí".
Y bueno, al día siguiente se suben los chiquillos (por que sí, eran unos chiquillos), gritando muy "machos" diciendo que bajáramos la mirada y que sacáramos todo lo que traíamos. Justo terminaba de hablar con Edgar (¡hola Edgar!), y traía mi celular en la mano, aparte los audífonos del mp3 totalmente visibles. Vi que subieron muy sospechosos y me senté en el celular je. Mi amiga Andrea (si, también se llama Andrea) traía su laptop y celular nuevo, eso fue lo que mas me preocupo; si nos pedían abrir las mochilas iba a ser todo un drama.
Lo bueno del asunto es que parecían tener muy poca experiencia, y no se dieron cuenta de cosas como los audífonos y eso. Se conformaron con veinte pesos que les dimos cada una, más lo que ya habían juntado. Dice Andrea que escuchó después que traían pistola, y como ya platicamos entre nosotras, otra cosa buena fue que de los nervios no dispararon ni nada.
En fin, el susto me duró un buen rato, pero ya pasó. Ahora si tendré mas cuidado, lo prometo.
¿Como les va?, ya tiene mucho que no escribía. Lo siento.
¡Feliz día de baile!
